Nirvana Hank, joven promesa del ecuestre

Con escasos 16 años, pero una amplia trayectoria dentro del ecuestre, la amazona, Nirvana Hank Amaya, nos cuenta sus inicios dentro del deporte en el que encontró mayor pasión, desempeñándose también en ballet y flamenco.

Apasionada por los animales al igual que su padre el Ingeniero Jorge Hank Rhon, fue introducida a la practica por él. La menor de los Hank Amaya, da a conocer que en sus inicios no mostraba gran pasión hacia esta disciplina, ya que consideraba era una obligación, fue hasta que su hermano mayor José Mario, la impulso, por encontrar en el un ejemplo y gran jinete.

MND: -¿Cuáles son las razones por las que consideras durante tus primeros años no llamaba tu atención el montar, omitiendo el hecho de que comenzaste a temprana edad? 

Nirvana: Por lo mismo de que era muy pequeña, me importaban mucho las amistades, y en el hípico no tenía muchas; mientras tanto en la danza si. Realmente por eso le daba mucha preferencia a la danza, pero después de hacer amistades en el hípico, me empezó a interesar un poco más.

Fue también gracias a la llegada del potro Denver, el que logro ‘’enamorarla’’, y crear la fuerte conexión para motivarla a seguir compitiendo.

Gracias a Denver logro competir en la categoría de los .90cm de altura, así como los 1.00m, con el potro obtuvo el sexto lugar nacional del 2014.

MND: Describe tu conexión con Denver. Y el porque él logró cambiar tu gusto por el ecuestre.

Nirvana: Denver… Desde la primera vez que lo monté sabía que era el indicado; creo que nuestra conexión nació desde el primer día. 

Creo el haber encontrado un caballo que finalmente me gustara realmente me dio mucha motivación a concursar con ganas.. Desde antes concursaba, claro, pero realmente no me importaba ni ganar, ni perder. Denver me dio ese empujón que necesitaba para disfrutar lo que estaba haciendo, y el ir acumulando moñas me emocionaba aún más.

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A lo largo de su formación ecuestre, Nirvana, comenzó a competir en el 2011 a la edad de 11 años, en donde describe se encontraba muy nerviosa, sus inicios fueron con un caballo ‘’de escuelita’’ como dice, en el que saltaba 60 cm, y con el que obtuvo segundo lugar y consigo su primer moña.

Siendo un deporte que exige tanto a un animal y a una persona, así como la complementación de ambos, Nirvana nos cuenta cual es el proceso que el jinete debe seguir en el régimen de ambos.

‘’En nuestro hípico, empieza uno haciendo unos ejercicios a caballo que a mi me gusta llamar ‘aerobics ecuestres’. Esto sucede hasta que crees el suficiente músculo para empezar a montar regular. Posteriormente montas caballos “de escuelita” [y si estás interesado en el salto], empiezas a saltar barras en el suelo que próximamente se convierten en pequeñas cruces o verticales. Así y a tu propio ritmo, vas escalando alturas, mejorando tu monta y tu equipo, comprando caballo(s), y poco a poco subiendo tu nivel’’.

MND: ¿Cuándo consideras que el caballo y tú forman un lazo? 

Nirvana: No creo que siempre haya un gran lazo entre jinete y caballo, diría que es por eso que no todos los binomios suceden. Aun así, hay muchos binomios que se encuentran casi instantáneamente, pero también hay otros que se encuentran después de un tiempo. 

Creo tras cada binomio exitoso tiene que haber mucha química y comprensión mutua. Cada caballo es diferente y regularmente para entenderlo te tarda tu tiempo.. Pero al final lo valdrá.

Como bien mencionaba en un principio, Nirvana, fue impulsada por su hermano José Mario, quien se luego de irse a estudiar fuera, dejo a sus caballos en la ciudad de Tijuana. Siendo una montada secreta al potro de su hermano, la que la haría comenzar a amar la disciplina.

Daquiegroj, el potro, le demostró a Nirvana, las capacidades que su hermano José Mario, planto en el.

‘’José Mario, en efecto, fue el que “hizo” el potro y él fue quién le enseñó el salto. Algo muy astuto de su parte fue que lo hizo a su gusto, calientito (activo y prendido) y con facilidad de dar buenas vueltas. Por lo mismo creo que he aprendido muchísimas cosas de éste potro, pues hace cosas que ningún otro caballo me había enseñado. Por ejemplo el área de lo desempates. Daquiegroj sabe correr y acortar vueltas (que en efecto, son virtudes muy buenas para un caballo de salto), pero necesita un jinete que lo guíe. Daquiegroj, a diferencia de Trudy, no salta muy alto pero se divierte mucho en los desempates. Él me enseñó a no temer las vueltas cortas, y me enseñó a correr en desempates–pero siempre teniendo la boca del caballo en tus manos–y nunca perdiéndola. Por último, también me enseñó que montar a un garañón no es nada fácil y menos si sabe reparar como él’’. 

Actualmente la amazona monta a una yegua llamada Trudy, con la que compite en los 1.10m y 1.20m de altura. Por otro lado, Denver, fue retirado en diciembre por diversos problemas de salud.

MND: ¿Qué diferencia encuentras entre Denver y Trudy? 

Nirvana: Todos los caballos son muy, muy diferentes y cada uno tiene su propia forma de ser; hay caballos perezosos y caballos activos, caballos lentos y caballos rápidos, […] En este caso, Denver es un caballo muy pesado y flojo que no disfrutaba mucho el saltar. A Denver lo tenía que ir impulsando a través de toda la pista y su altura máxima era de 1.00m. Mientras tanto Trudy es una yegua más activa que le gusta ir a su propio ritmo, a ella no la tengo que presionar ni recoger. Por lo mismo de que ella es una yegua con mucha experiencia, ella ya sabe qué ritmo es el que debe llevar. Claro, en desempates la tengo que impulsar un poco mas pero al igual, entiende muy bien mis indicaciones. 

Con tan solo 16 años de edad, Nirvana Hank, la amazona, esperar llegar a ser respetada dentro del mundo ecuestre, y tal vez un día ser tan reconocida como sus ídolos Steve Guerdat y Betram Allen. Teniendo como metas la liga Logines Global Champion Tour. Así como llegar a ser un ejemplo para generaciones venideras.
Con convicciones bien plantadas y poniendo su fe en Dios, contempla continuar en el deporte mientras él lo permita.

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‘’Éste deporte es uno muy único.. no todos los días te ves con la posibilidad de subirte a un animal de [aproximadamente] 650kg. Siempre he dicho que me considero muy bendita y estoy más que agradecida de poder participar en dicho deporte. Por otra lado, la realidad es que todo deporte tiene sus riesgos y éste no es una excepción. Uno tiene que tener muy consciente que éste, como muchos otros, es muy peligroso. Si, cuando hay harmonía entre el jinete y el caballo pareciera lo contrario; pero en realidad, uno nunca sabe lo que hará el animal. Creo que a veces se nos olvida que los caballos son animales muy poderosos y majestuosos con una fuerza y capacidad impresionante, entonces realmente nunca puedes estar demasiado seguro de su próximo movimiento’’. Finaliza la joven promesa del ecuestre.

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Redacción: Angélica Sánchez

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